Hoy en día, saber inglés ya no es un lujo: es casi imprescindible. Lo usamos para estudiar, viajar, trabajar, ver películas, jugar videojuegos… está en todas partes. Los colegios hacen su parte, claro que sí, pero muchas veces no es suficiente. Por eso, reforzar el inglés con clases extra puede ser una gran idea. Y aquí te contamos por qué.
Más tiempo con el idioma, más soltura.
En la mayoría de los colegios, las clases de inglés se enfocan en la gramática, el vocabulario escrito y ejercicios más bien formales. ¿El problema? Que muchas veces no hay suficiente práctica real: escuchar, hablar, equivocarse, volver a intentarlo.
Las clases extra permiten justamente eso: más exposición al idioma, en contextos más prácticos y naturales. Cuanto más lo escuchan y lo hablan, más confianza y fluidez ganan. Es como cualquier habilidad: cuanto más la usás, mejor te sale.
Cuanto antes empiecen, mejor.
Los niños pequeños tienen una capacidad increíble para absorber sonidos, estructuras y acentos. Si empiezan a reforzar desde temprana edad, el inglés se vuelve algo natural para ellos. No lo ven como una materia más, sino como un juego, algo divertido.
Además, cuanto antes se expongan, menos miedo tendrán a equivocarse. Y eso es clave: cuando un niño no tiene vergüenza de hablar en otro idioma, avanza rapidísimo.
No es solo inglés: también potencia su mente.
Aprender otro idioma no solo es útil: también es un excelente ejercicio para el cerebro. Mejora la memoria, la concentración, la atención, e incluso la capacidad para resolver problemas y pensar de forma más flexible.
Los estudios muestran que los niños bilingües suelen desarrollar mejor ciertas habilidades cognitivas. Así que, aunque no lo parezca, cuando están practicando inglés, también están entrenando su mente.
Más seguridad, mejores habilidades sociales.
Cuando un niño empieza a entender y hablar en otro idioma, su autoestima crece. Se siente capaz, se anima a participar más en clase, a comunicarse, a expresarse sin miedo.
Además, abre una puerta enorme para conocer nuevas culturas, hacer amigos de otros países o simplemente disfrutar más al viajar. El inglés les da alas para explorar el mundo.
Una ventaja real para el futuro.
No hay vuelta que darle: el inglés es clave en el mundo académico y profesional. Es el idioma de la ciencia, la tecnología, los negocios, la investigación… Y muchas veces, manejarlo bien es lo que marca la diferencia a la hora de conseguir una beca, estudiar en el extranjero o destacarse en una entrevista de trabajo.
Invertir ahora en que lo aprendan bien, es darles herramientas para toda la vida.
Lo que el colegio no siempre puede ofrecer.
Muchos colegios hacen lo mejor que pueden, pero tienen limitaciones: grupos numerosos, pocas horas de inglés por semana, falta de tiempo para practicar conversación, y un enfoque más académico que práctico.
En una academia, las clases pueden adaptarse mejor: grupos pequeños, profes especializados (muchas veces nativos), metodologías activas, más conversación, uso de tecnología… En definitiva, un espacio donde realmente se usa el idioma.
¿Y cómo elegir buenas clases extra?
No se trata solo de sumar horas, sino de elegir bien. Lo ideal es buscar academias con profesores bien preparados, con experiencia real en enseñar de forma práctica y comunicativa, con grupos reducidos en donde los alumnos hablan y practiquen de verdad.
También es importante que el aprendizaje no quede solo en la clase: en casa se puede reforzar viendo series en inglés, leyendo cuentos, jugando, usando apps… ¡y celebrando los avances! El acompañamiento de la familia es clave: motivar, apoyar, y sobre todo, no exigir perfección. Lo importante es animarse, equivocarse, y seguir aprendiendo.
En resumen, apuntar a tus hijos a clases de inglés fuera del colegio no es sobrecargarlos, es darles una ventaja enorme. Los ayuda a aprender mejor, a ganar confianza, a prepararse para un mundo cada vez más globalizado.
En Cevex, creemos que todos los chicos pueden llegar muy lejos cuando tienen acceso a los recursos y a la práctica que realmente les permite desarrollar su potencial. Y el inglés es una de esas herramientas que, sin duda, les abrirá muchas puertas.







